Vinçon fue, desde los años treinta del siglo XX hasta el 2015, uno de los atractivos comerciales del barcelonés Paseo de Gracia. La tienda, que ofrecía un «extenso surtido de objetos de todo tipo en general», llegó a ser un referente del diseño de este país. Vinçon dió visibilidad a las tendencias internacionales y espacio para hacer crecer a los diseñadores locales gracias a los objetos que vendía y a las exposiciones que organizaba en La Sala Vinçon. Fue un comercio con personalidad propia que se convirtió en prescriptor i cambió la manera de ver y consumir diseño, mediante una comunicación directa y un sentido especial del humor que rompía con el elitismo del sector y permitía que todo el mundo se sintiese como en casa.

El tercer volumen de la colección Imprescindibles se abre con un ensayo del historiador y diseñador Oriol Pibernat que analiza el papel de Vinçon en el consumo de diseño en Barcelona y la creación del mito. Seguidamente, Maria José Balcells reconstruye su historia a partir de una primera exploración del archivo de la tienda que se custodia en el Centro de Documentación del Museu del Disseny. Finalmente, un apartado visual que relata la evolución del local, de sus aparadores, de sus productos, de su comunicación y de sus exposiciones serán sin duda un flashback para todos aquellos que lo conocieron pero también un descubrimiento para las generaciones que nunca llegaron a pasearse por Vinçon.

Tapa dura
Edición bilingüe: Catalán/Castellano
Medidas: 27 x 21,5 cm. 900 imágenes color.
ISBN: 978-84-124162-0-6
Co-edición: Tenov y Museu del Disseny de Barcelona.
El año 1941 Vinçon abrió sus puertas como tienda de regalos para ser adquirida más tarde por la familia Amat que desde los años 50, como propietaria del establecimiento diseñado por Antoni Rovira y dónde vivió el pintor barcelonés Ramon Casas, hizo una apuesta totalmente innovadora por los objetos de diseño contemporáneo especialmente aquéllos con marca Barcelona, que los convirtieron en su especialidad. Vinçon fue pionera en generar un cambio de tendencia en otros comercios de la ciudad, ya que presentaba una oferta muy original de artículos de diseño, papelería, decoración y artículos de regalo. Por este motivo durante muchos años fue parada obligatoria para los apasionados del diseño locales y foráneos.

La buena relación con arquitectos y diseñadores emergentes junto con la calidad y originalidad de los productos hicieron de Vinçon un mito, que el año 1995 recibió el Premio Nacional de Diseño por su “contribución a la promoción de la cultura del diseño”.